Si creciste jugando juegos de consola en el Década de 1980 y 1990 y nunca has oído esto, considérate afortunado, muy afortunado. Aquí está la leyenda urbana: los videojuegos arruinan tu televisor. Exigiendo una explicación detallada de cómo... ruina Es pedir demasiado; como cualquier buen mito, su mística reside en permanecer incuestionable. ¡Sigue leyendo para descubrir de dónde viene esta historia, cómo se difundió y qué sucede realmente en tu televisor!
Al principio, este mito servía como excusa para limitar el tiempo que los niños pasaban frente a la pantalla. Pero si eras de los pocos afortunados, también justificaba dedicarle un televisor entero a la consola: se acabaron las quejas de que era "la hora de la familia" o "la hora de la telenovela". Una teoría legendaria afirma que un niño ingenioso inventó la historia solo para conseguir un televisor personal para jugar. ¡Genialidad de ser cierto!
Una segunda teoría sugiere que los talleres de reparación difunden el rumor para evadir las reparaciones en garantía: "Tu televisor está roto porque juegas demasiado", dirían. Una tercera teoría atribuye la culpa a padres ansiosos que temían que el entretenimiento electrónico les quemara el cerebro (y los televisores) a sus hijos después de horas de juego. Suena plausible, ¿verdad?
Incluso hoy en día, se puede encontrar gente buscando en Google variaciones de "¿Los videojuegos realmente dañan los televisores?". Para zanjar el debate de una vez por todas, analicemos los hechos. ¿La PlayStation daña la pantalla? ¿La Xbox deja una marca permanente? ¿Se asociaron los equipos de Wii U en secreto con fabricantes de televisores para dañar las pantallas?
La respuesta corta es no. Una consola de videojuegos es simplemente una fuente de señal de video que tu televisor procesa igual que un reproductor de DVD o un decodificador de cable. Lo que realmente daña un televisor es el mal uso o la negligencia. Sin embargo, existe un problema documentado llamado quemado, donde una imagen estática “se graba” en la pantalla como una imagen fantasma.
El burn-in era una preocupación real en los edificios muy antiguos. Televisores CRT, especialmente aquellos primeros monocromo Modelos. En este caso, el fósforo de la pantalla se desgastaba de forma desigual si una imagen estática (por ejemplo, la interfaz de un juego o el logotipo de un canal) permanecía en pantalla demasiado tiempo. Ese brillo, aún apenas visible, era un signo clásico de quemado. Por el contrario, la mayoría de los televisores CRT a color de la época dorada de los videojuegos de los 80 y 90 utilizaban tipos de fósforo y métodos de refresco que reducían considerablemente el riesgo de quemado.
A medida que las pantallas evolucionaron, las tradicionales Televisores LCD y retroiluminados LCD Eliminó eficazmente el desgaste del fósforo. Luego vino televisores de plasma, lo que trajo de vuelta brevemente el tema del desgaste. Aun así, las consolas no eran las únicas culpables: los logotipos estáticos de las emisoras y los menús en pantalla solían dejar una leve huella en las pantallas de plasma si se dejaban desatendidos.
Moderno LED, OLED y QLED Las pantallas son aún más resistentes. La tecnología OLED, por ejemplo, utiliza píxeles orgánicos que pueden degradarse con el tiempo, pero los fabricantes emplean rutinas de desplazamiento de píxeles y actualización de pantalla para evitar el desgaste de la imagen estática. Las pantallas LED/LCD no utilizan fósforo, por lo que el desgaste no es un problema en el sentido tradicional; en el peor de los casos, podría observarse una retención temporal de la imagen que desaparece tras unos minutos de contenido variado.
A continuación se ofrecen algunos consejos prácticos para proteger cualquier televisor contra la retención de imagen:
- Rota tu contenido: Evita dejar el HUD, la superposición de puntuación o el logotipo estáticos en pantalla durante horas. Usa un protector de pantalla o un temporizador de apagado al pausar el juego.
- Ajustar el brillo: Los ajustes de brillo y contraste altos aceleran el desgaste de los píxeles en las pantallas OLED. Reducirlos reduce el riesgo a largo plazo.
- Varía tu visualización: Cambia regularmente entre juegos, videos y otras entradas para asegurar que ningún elemento permanezca en el mismo lugar por demasiado tiempo.
En definitiva, la idea de que las consolas por sí solas "destruirán" tu televisor es un mito. Los usuarios responsables que sigan las precauciones básicas disfrutarán décadas de juegos sin dejar rastros en la pantalla. ¡Así que ponte a jugar a tu juego favorito, quédate tranquilo y comparte esta explicación con quienes aún temen que Pac-Man les queme la pantalla!
¿Qué opinas de esta vieja leyenda? ¿Alguna vez has visto una imagen "fantasma" en tu televisor? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
Foto de Yan Krukau