En los últimos años, el ASMR (Respuesta sensorial meridiana autónoma) se ha convertido en un fenómeno fascinante que cautiva a millones de personas en todo el mundo. Desde vídeos de YouTube con susurros hasta intrincados paisajes sonoros diseñados para provocar escalofríos, el ASMR ha cobrado fuerza no solo como fuente de entretenimiento, sino también como una posible herramienta para la relajación y el bienestar mental. Pero ¿qué es exactamente el ASMR y cómo afecta al cerebro? Exploremos la ciencia que lo respalda y sus beneficios.
Entendiendo el ASMR: una experiencia sensorial
ASMR se refiere a una sensación de hormigueo que generalmente comienza en el cuero cabelludo y desciende por la columna vertebral. Se desencadena por estímulos auditivos, visuales o táctiles específicos, como susurros, golpecitos, movimientos lentos de las manos o atención personal. Muchos describen el ASMR como una experiencia profundamente relajante que puede reducir el estrés y favorecer el sueño.
El fenómeno lleva años presente, pero no fue hasta 2010 que Jennifer Allen, profesional de ciberseguridad fascinada por estas sensaciones, acuñó el término ASMR. Desde entonces, el ASMR se ha convertido en un movimiento masivo en línea, con creadores que producen contenido que satisface diversos desencadenantes y preferencias.
La neurociencia detrás del ASMR
Si bien la ASMR sigue siendo un campo emergente en la investigación científica, los estudios sugieren que se asocia con cambios en la actividad cerebral. Las resonancias magnéticas funcionales (fMRI) han demostrado que los desencadenantes de la ASMR activan áreas del cerebro relacionadas con la recompensa y la relajación, como la corteza prefrontal y la corteza prefrontal medial.
Una de las principales hipótesis es que el ASMR activa el sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda al cuerpo a entrar en un estado de relajación. También se ha vinculado a la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, sustancias químicas que promueven la felicidad y la conexión social.
Curiosamente, algunos investigadores han comparado el ASMR con el escalofrío, el escalofrío que se experimenta al escuchar música intensa. Sin embargo, el ASMR se diferencia por su naturaleza lenta y sostenida, lo que lo hace más parecido a una relajación profunda que a una excitación momentánea.
Los beneficios psicológicos del ASMR
Para muchos, el ASMR es más que una experiencia placentera: sirve como un poderoso mecanismo de afrontamiento. Así es como el ASMR puede beneficiar la salud mental:
1. Reducción del estrés y la ansiedad
Uno de los beneficios más comunes del ASMR es su capacidad para reducir los niveles de estrés. Estudios han demostrado que quienes experimentan ASMR experimentan reducciones significativas en la frecuencia cardíaca y una mayor sensación de calma. Los sonidos suaves y repetitivos y los movimientos lentos ayudan a crear una sensación de seguridad y comodidad, reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
2. Mejora la calidad del sueño
El ASMR se ha ganado la reputación de ser una ayuda para dormir, y muchos usuarios afirman que les ayuda a conciliar el sueño más rápido y a disfrutar de un descanso más profundo. La respuesta de relajación que induce el ASMR imita la de la meditación y la relajación muscular progresiva, ambas conocidas por mejorar la calidad del sueño.
En un estudio de 2018, los participantes que vieron videos de ASMR antes de acostarse experimentaron una mayor relajación y somnolencia, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para quienes sufren de insomnio.
3. Mejora del estado de ánimo y apoyo emocional
El contenido de ASMR suele incluir estímulos personales, como juegos de rol donde el creador interactúa con el espectador de forma cariñosa. Esto puede brindar una sensación de compañía, especialmente para quienes experimentan soledad o depresión. La naturaleza relajante del ASMR puede mejorar el estado de ánimo y fomentar una sensación de bienestar emocional.
¿Quién experimenta ASMR?
No todas las personas son susceptibles al ASMR, y las respuestas pueden variar significativamente entre individuos. Las investigaciones indican que las personas con mayor apertura a la experiencia (un rasgo de personalidad asociado con la imaginación y la sensibilidad) son más propensas a sentir el cosquilleo del ASMR. Además, algunos estudios sugieren una correlación entre la sensibilidad al ASMR y el neuroticismo, lo que significa que las personas con mayor reactividad emocional podrían ser más receptivas al ASMR.
Curiosamente, algunas personas afirman haber experimentado ASMR en la infancia sin darse cuenta de lo que era, a menudo provocado por profesores de voz suave o una atención personal cercana. Otras pueden no experimentar ASMR en absoluto, pero aun así encuentran relajantes los videos ASMR.
Diferentes tipos de desencadenantes de ASMR
El contenido de ASMR varía considerablemente, y los creadores experimentan con diferentes desencadenantes para maximizar la relajación. Algunos de los desencadenantes de ASMR más comunes incluyen:
- Susurro: Las palabras pronunciadas suavemente o susurradas son uno de los desencadenantes más populares de ASMR.
- Tocando: Golpes suaves sobre objetos como madera, vidrio o plástico crean sonidos rítmicos que muchas personas encuentran relajantes.
- Rascarse: Al igual que los golpecitos, los sonidos de rasguños (como los de las uñas sobre telas o superficies texturizadas) son muy efectivos.
- Atención personalizada: Los videos de juegos de rol que incluyen actividades como cepillarse el cabello, tocarse la cara o realizar exámenes médicos simulados simulan interacciones de cuidado.
- Sonidos crujientes: El crujido del papel, del plástico o del papel de aluminio puede resultar muy satisfactorio para algunos oyentes.
- Sonidos al comer (Mukbang ASMR): Los sonidos de masticar, sorber o crujir son un género de ASMR divisivo pero popular.
- Movimientos lentos de las manos: Los movimientos suaves, como los gestos con las manos o los movimientos del cepillado, pueden ser visualmente hipnóticos e inducir hormigueos ASMR.
ASMR en terapias y prácticas de bienestar
A medida que el ASMR gana reconocimiento, los profesionales de la salud mental y del bienestar comienzan a explorar sus posibles aplicaciones terapéuticas. Si bien el ASMR aún no se considera una terapia formal, se utiliza cada vez más como herramienta de autoayuda para la relajación y el alivio del estrés.
Algunos psicólogos recomiendan el ASMR a pacientes con ansiedad o trastornos del sueño, y existe un creciente interés en integrar técnicas similares al ASMR en las prácticas de mindfulness. La naturaleza suave y repetitiva del ASMR se alinea estrechamente con los principios de la meditación, promoviendo un estado mental de concentración y tranquilidad.
Críticas y escepticismo en torno al ASMR
A pesar de su popularidad, el ASMR se ha enfrentado al escepticismo tanto de la comunidad científica como del público en general. Los críticos argumentan que la falta de investigación clínica exhaustiva dificulta extraer conclusiones definitivas sobre sus beneficios. Además, algunas personas encuentran los videos de ASMR incómodos o inquietantes, en particular quienes sufren de misofonía, una afección en la que ciertos sonidos desencadenan fuertes reacciones negativas.
Además, la comercialización del ASMR ha generado debates sobre su autenticidad, ya que algunos creadores producen contenido exagerado o artificial para satisfacer a una audiencia cada vez mayor. No obstante, la abrumadora respuesta positiva de los consumidores de ASMR sugiere que sigue siendo una herramienta valiosa para muchos.
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