Dragon Age: Inquisition es el último capítulo de la tradicional franquicia RPG de BioWare, la desarrolladora canadiense también responsable de la trilogía Mass Effect. Disponible para PlayStation 4, PlayStation 3, Xbox One, Xbox 360 y PC, Inquisition era un título imprescindible para la mayoría de los jugadores antes de su lanzamiento. ¡Lee mi reseña completa a continuación!
El juego narra una historia que retoma algunos eventos de la segunda entrega de la franquicia. El continente de Thedas no es precisamente acogedor. En medio de la conflictiva relación entre magos y templarios, una enigmática explosión mágica provocó una fisura inmaterial de proporciones astronómicas, capaz de liberar criaturas malignas y demonios en las regiones de Ferelden y Orlais.
Ese evento destruyó ciudades y cobró la vida de miles de personas en la región. Después, tu personaje fue el único superviviente: alguien que no comprendió del todo cómo sucedió todo, pero fue encontrado con vida.
Junto con otros guerreros, el protagonista (tu personaje) fundó la Inquisición, una orden decidida a cerrar definitivamente todas las brechas malignas y restaurar la paz en Thedas. Al principio de la historia, el único superviviente y líder absoluto de la Inquisición recibe una misteriosa cicatriz en la mano, cuyo poder es capaz de sellar varios portales.
Como es característico de BioWare, tendrás que lidiar con una amplia gama de eventos en el modo campaña. Esto también significa que los diálogos siempre ofrecen múltiples opciones de respuesta, lo que te obliga a decidir el futuro de la humanidad local a través de tus decisiones. Ten en cuenta que ciertas decisiones pueden afectar directamente el desenlace de la historia, y tú decides quién sobrevive.
En Dragon Age: Inquisition, puedes personalizar a tu protagonista exactamente como quieras, con la opción de elegir exclusivamente entre una de las cuatro razas disponibles: Humano, Enano, Duende, y QunariAdemás, el sistema de personalización del juego te permite configurar detalles minuciosos de tu personaje, como las marcas de expresión facial, los tatuajes faciales e incluso el grado de prominencia facial.
En otras palabras, tanto tu personaje como tu banda de guerreros pueden personalizarse completamente a tu gusto, lo que hace que la experiencia de juego sea aún más atractiva. Al igual que en otros juegos de la franquicia, Inquisition te da la libertad de seleccionar a los combatientes de tu grupo donde quieras. Cada personaje secundario cuenta con varios atributos de batalla exclusivos, y tu selección depende de la estrategia que adoptes.
El ladrón hábil Varric Tethras de Dragon Age 2 regresa con sus técnicas de arquería mejoradas. Además de él, otros personajes memorables pueden unirse a tu escuadrón, como Cassandra Pentaghast—un guerrero impetuoso y noble—así como otros especialistas en combate.
Dragon Age: Inquisition ofrece uno de los mundos más inmersivos de los RPG actuales. Al principio de tu aventura, el juego comienza con calma, con un tutorial bastante lineal. Sin embargo, una vez que desbloquees la exploración de Thedas, aparecerán innumerables actividades que te mantendrán completamente absorto y, por supuesto, ocupado durante mucho tiempo.
Un aspecto sumamente positivo de Inquisition es la sensación de estar perdido en su gigantesco mapa. ¿Por qué? Sentirse perdido en Inquisition te garantiza que siempre tendrás tareas de todo tipo y estilo por completar. El juego también te impulsará a cazar monstruos, dragones y soldados rivales, ya que subir de nivel es una necesidad.
Podemos advertir de antemano que los jugadores menos familiarizados con la franquicia podrían tener dificultades para asimilar la amplia gama de información que ofrece el mundo de Dragon Age. Además, los jugadores principiantes también podrían sentirse intimidados por el complejo sistema de mejoras de armas, habilidades y armaduras en general. Existe una enorme variedad de objetos y accesorios capaces de generar nuevo equipo, lo cual es sensacional.
Los entornos están literalmente repletos de componentes, plantas, cofres, notas y diversos objetos valiosos. La cantidad de misiones en Dragon Age: Inquisition es exorbitante. A diferencia de los principales juegos de mundo abierto, Inquisition se divide en varias zonas. Sin embargo, muchas de estas zonas son tan grandes que consumen todo tu tiempo libre. Aunque parezca increíble, Dragon Age: Inquisition es un juego mucho más grande de lo que parece.
En cuanto a la jugabilidad, el juego presenta el combate más dinámico visto hasta la fecha. La capacidad de fijar enemigos específicos es sin duda muy útil en batallas desafiantes, aunque a veces sea imprecisa, al igual que la cámara desorientada que a menudo te deja en desventaja durante enfrentamientos en espacios reducidos.
En general, el sistema de combate funciona de maravilla; con solo mantener pulsados ciertos botones, puedes realizar ataques básicos y habilidades especiales. Además de las acciones ya conocidas por los fans de la franquicia, tu personaje ahora es muy capaz de saltar para alcanzar zonas de difícil acceso.
Una perspectiva más estratégica permite al jugador dirigir las acciones de sus personajes en turnos controlados con un solo botón. Si bien la vista del tablero táctico no es obligatoria, se convierte en una herramienta indispensable en los niveles superiores, especialmente con la posibilidad de pausar el tiempo.
Dragon Age: Inquisition también cuenta con un modo multijugador bien ejecutado. El modo cooperativo está diseñado para hasta cuatro jugadores, quienes pueden descubrir tesoros y enfrentarse a hordas de enemigos en escenarios generados aleatoriamente.
La dinámica multijugador no es especialmente innovadora y es bastante diferente de la experiencia del modo campaña, es cierto, pero aun así sigue siendo divertida. Cabe destacar que no podrás usar el mismo personaje de la historia principal, lo que puede desanimar a algunos jugadores.
Durante nuestra partida, descubrimos que la exploración en Dragon Age: Inquisition es mucho más divertida gracias a sus impresionantes gráficos y entornos. Los entornos han sido meticulosamente diseñados para cautivarte en un universo fantástico repleto de secretos, personajes y actividades memorables. Además, el nivel de detalle de los entornos es impresionante: todo parece vivo y real.
Los efectos de iluminación merecen el máximo elogio, al igual que el trabajo de BioWare al desarrollar diversas regiones repletas de detalles interesantes. Durante las batallas, las habilidades especiales iluminan pantanos, bosques, playas y lagos con colores vibrantes y llamativos (literalmente).
En cuanto a la banda sonora, Dragon Age: Inquisition presenta música cinematográfica, orquestal y emotiva, que parece sacada directamente de una película basada en los cuentos tradicionales de Tolkien. En general, la banda sonora hace que el viaje se sienta cada vez más épico.
Como cualquier juego de mundo abierto, Dragon Age: Inquisition no está exento de errores. Otros jugadores han informado de diversos fallos; por ejemplo, que el personaje, al montar a caballo, sale despedido inesperadamente por los aires. Aunque existen algunos problemas menores, es seguro que se solucionarán en futuras actualizaciones.
Veredicto
- Gráficos
- Interfaz
- Entretenimiento
- Jugabilidad
- Características
Resumen
Dragon Age: Inquisition es uno de los RPG más complejos y entretenidos de los últimos tiempos. El auténtico viaje de la Inquisición puede resultar excesivamente inmersivo para quienes buscan una experiencia más accesible y, por consiguiente, superficial. Sin embargo, es una aventura imprescindible para quienes quieran pasar muchas horas en un juego repleto de contenido y, lógicamente, muy cautivador.
¿Y a ti qué te parece Dragon Age: Inquisition?