Antes, creía que podía encontrar respuestas en los libros de autoayuda, cuando en realidad son solo reflexiones y verdaderos puntos de inflexión que nos hacen reflexionar. Lo cierto es que pensamientos aparentemente inofensivos pueden ser extremadamente dañinos cuando el objetivo es alcanzar la riqueza y la prosperidad.
Gracias a mi experiencia con diversas culturas y costumbres, puedo afirmar con seguridad que muchas personas, especialmente en Brasil, se resisten a aspirar a resultados más sustanciales y a menudo se quedan estancadas en su zona de confort. Estos pensamientos están directa o indirectamente relacionados con el dinero, la gestión de la riqueza, el trabajo o la vida cotidiana.
Sin embargo, puedo afirmar con certeza que simplemente reflexionar sobre estos pensamientos puede ser un gran paso para aumentar tu riqueza a mediano y largo plazo. Para tener una mentalidad millonaria, no necesitas serlo ya.
De hecho, es todo lo contrario. Cuando adoptas pensamientos y visiones positivas que buscan agregar valor intrínseco a la sociedad, recibirás tu parte justa de capital o recompensas, como parte del capitalismo moderno en el que vivimos. Incluso me gusta llamarlo... Capitalismo 2.0, debido al auge de las criptomonedas y los activos digitales.
Con eso en mente, en este artículo especial quiero compartir algunas reflexiones que hice conmigo mismo entre 2013 y 2016 para cambiar mi realidad futura a partir de pasos prácticos y cambios en patrones de pensamiento que pueden mantenernos estancados en la rutina.
“No puedo permitirme esto”
Esta es una de las afirmaciones más comunes, especialmente en Brasil, debido a la alta carga fiscal que incluye el precio de los productos (en promedio, se cargan entre 18 y 321 TP6T de impuestos). Sin embargo, pensar que una compra o inversión en particular está fuera de su alcance es realista, pero a largo plazo puede llevar a la complacencia. No se preocupe, permítame explicarlo con más detalle.
En lugar de decir esta frase, en el libro Padre rico, padre pobre Kiyosaki sugiere adaptarlo a: "¿Cómo puedo adquirir esto?". El objetivo de este cambio de mentalidad no es fomentar gastos innecesarios, sino centrarse en maneras de ganar o ahorrar más dinero para que las compras se ajusten a tu presupuesto.
Foto de Joslyn Pickens
“Lo haré mañana o más tarde”
Este es otro clásico. Es innegable que procrastinar puede ser extremadamente perjudicial cuando se trata de dinero. No hay un momento perfecto para empezar a ahorrar o invertir, especialmente si el objetivo es tener una jubilación tranquila. Cuanto antes... empezar a invertir, mayor será el rendimiento, incluso si su contribución inicial es pequeña.
Hoy en día, tanto en los mercados nacionales como internacionales, existen muchas oportunidades de inversión que requieren aportaciones iniciales bajas, así que no hay excusas para no empezar a invertir hoy mismo. Algunos ejemplos incluyen: Treasury Direct, acciones, fondos de inversión inmobiliaria y criptomonedas. El sistema de deuda pública incluso acepta inversiones desde tan solo 30 dólares (invertir en Treasury Direct es más barato que ir al cine).
Incluso quienes necesitan saldar deudas antes de empezar a invertir pueden empezar a centrarse en ampliar sus conocimientos de planificación financiera. Esto es especialmente importante para evitar volver a enfrentarse a los mismos problemas, como que las agencias de protección crediticia restrinjan su nombre o que sus planes de vida se vean limitados.
“Invertir es solo para ricos”
Esta mentalidad es completamente errónea en todos los sentidos. Si crees que solo los ricos invierten, o si te da miedo invertir porque crees que perderás dinero, ¡sabes que este es uno de los mayores errores que estás cometiendo! Invertir es la mejor manera de que tu dinero trabaje para ti. Por eso, empieza a investigar y descubre qué inversiones pueden ser tus mejores aliadas para multiplicar tu dinero.
“Puedo dividir esta compra o usar mi tarjeta de crédito”
Sin duda, dividir las compras es una situación común, especialmente en Brasil, donde el poder adquisitivo es extremadamente bajo. Sin embargo, esto se convierte en un problema cuando se convierte en un hábito y se empiezan a dividir compras incluso más pequeñas en cuotas más pequeñas. Los pagos a plazos existen para ayudar a equilibrar un presupuesto, como pagar un artículo a plazos o financiar inversiones.
Depender constantemente de las cuotas puede perjudicar tu situación financiera y corres el riesgo de perder el control de tus gastos, lo que puede derivar en deudas. Si tienes este hábito, déjalo ya, porque quienes lo hacen rara vez logran organizar sus finanzas.
Este hábito también conlleva un problema mayor: perder dinero por los intereses de las tarjetas de crédito. Por lo tanto, intenta evitar fraccionar los pagos en la medida de lo posible. Compra solo lo que realmente necesites e intenta pagarlo todo. En este caso, quienes salen ganando siempre son los bancos y las entidades de pago. Suelo decirles a mis amigos cercanos: «Es mejor pagar todo para no perder de vista el dinero».
“Esperaré la suerte y compraré un billete de lotería”
¿Quién no ha oído la frase «Ser rico es cuestión de suerte»? Incluso recuerdo haber leído un interesante estudio estadounidense que reveló un hecho sorprendente: las personas más pobres creen que solo pueden hacerse ricas con suerte, por eso compran más billetes de lotería y participan en sorteos milagrosos. Esta lógica, por supuesto, también se aplica a Brasil, y diría que incluso más aquí que en Estados Unidos.
Puedo afirmar categóricamente: el estudio y el acceso a la información son liberadores. Y no esperes que las escuelas, universidades o los medios tradicionales te proporcionen esta información. Si no estudias, ya sea sobre tu campo, temas que te interesan o actualidad, no aprenderás, no asimilarás nuevas ideas y corres el riesgo de quedarte estancado y desconectado de los nuevos tiempos.
Estudia diversas materias, especialmente emprendimiento y finanzas. Aprende de expertos y genera ideas brillantes basadas en lo aprendido. Por eso, recomiendo encarecidamente centrarte en la educación financiera para aprender a usar tu dinero responsablemente y hacerlo crecer. El conocimiento nunca está de más, como decía mi sabio abuelo.
Y a ti, ¿qué te pareció el artículo? 🙂
Foto de maitree rimthong